Si tienes un bebé en casa, es probable que te hayas hecho esta pregunta más de una vez: ¿le pongo manta, saco de dormir, body, pijama grueso? La temperatura de la habitación manda, y elegir bien el saco puede marcar la diferencia entre una noche tranquila y otra llena de despertares por frío o calor. En este artículo te cuento, paso a paso, cómo elegir el saco de dormir perfecto para tu bebé según la temperatura de casa, y cómo combinarlo con la ropa que lleve debajo.

Si ya tienes claro que quieres usar saco y quieres ir directo a modelos concretos, puedes ver una selección con distintas tallas, materiales y niveles de abrigo en nuestra guía de sacos de dormir para bebé, donde comparamos opciones para verano, entretiempo e invierno.

1) Por qué usar saco de dormir y no mantas sueltas

El saco de dormir para bebé sustituye a la manta tradicional y tiene dos ventajas claras. Por un lado, evita que el bebé se destape durante la noche, manteniendo una temperatura más estable. Por otro, reduce el riesgo de que acabe con mantas o sábanas sobre la cara, algo que las principales recomendaciones de sueño seguro desaconsejan.

Además, el saco crea una especie de rutina: cuando lo colocas, el bebé asocia ese gesto con la hora de dormir. Eso ayuda mucho en las primeras etapas, cuando todavía se están asentando los horarios. La clave está en adaptar bien el nivel de abrigo del saco a la temperatura real de la habitación, no a la del pasillo o el salón.

2) Temperatura ideal de la habitación del bebé

No todas las casas tienen el mismo aislamiento ni la misma orientación, así que no hay una cifra mágica que sirva para todos. Como referencia general, muchos especialistas consideran razonable que la habitación del bebé se mantenga aproximadamente entre 18 y 22 ºC. Más que obsesionarte con el número exacto, piensa en que la sensación debe ser templada: ni frío de chaqueta ni calor bochornoso.

Algunos indicios sencillos para saber si vas bien de temperatura:

  • Si al tocar la nuca del bebé la notas sudada o muy caliente, probablemente lleva demasiada ropa o el saco es muy abrigado.
  • Si la nuca está fresca pero no fría, y las manos algo más frías que el resto del cuerpo, suele ser normal.
  • Si las extremidades están muy frías y el bebé se despierta inquieto, puede que le falte abrigo.

Siempre que tengas dudas, es buena idea comentarlo con tu pediatra o enfermería de referencia, sobre todo en bebés muy pequeños o con alguna condición médica.

3) Qué es el TOG y qué relación tiene con la temperatura

Cuando empiezas a mirar sacos de dormir aparecen números como 0.5, 1, 2.5 TOG. El TOG es una medida del aislamiento térmico del saco: cuanto más alto es el TOG, más abriga.

Las marcas suelen dar una tabla orientativa que relaciona el TOG con la temperatura de la habitación. A modo de referencia general (puede cambiar según el fabricante):

  • TOG 0.2 - 0.5: habitaciones muy cálidas, alrededor de 24 ºC o más. Pensado para verano o casas muy calurosas.
  • TOG 1: ideal para temperaturas templadas, en torno a 21 - 23 ºC.
  • TOG 2 - 2.5: para habitaciones más frescas, sobre 18 - 20 ºC, típico de muchas casas en invierno con calefacción moderada.
  • TOG 3 o más: sacos muy abrigados para entornos realmente fríos, cuando la habitación baja bastante de 18 ºC.

Tómalo siempre como una guía y no como una norma rígida. Comprueba lo que indica el fabricante del saco que estés valorando y observa cómo reacciona tu bebé las primeras noches.

4) Cómo vestir al bebé dentro del saco según la temperatura

No todo el calor viene del saco: la ropa que lleve debajo también cuenta. Algunas combinaciones típicas, que puedes ajustar a tu caso concreto, serían:

  • Casa muy calurosa (24 ºC o más): saco ligero (0.2 - 0.5 TOG) y solo un body de manga corta o tirantes.
  • Temperatura templada (21 - 23 ºC): saco de 1 TOG con body de manga corta o larga fina, según lo friolera que seas tú y tu bebé.
  • Habitación fresca (18 - 20 ºC): saco de 2 o 2.5 TOG con body de manga larga y pijama fino de algodón.
  • Habitación fría (por debajo de 18 ºC): si no puedes mejorar el aislamiento, un saco más abrigado y un conjunto de body de manga larga + pijama más cálido. Aquí es especialmente importante vigilar que el bebé no sude.

Cada bebé es un mundo. Hay peques que duermen siempre calentitos y otros que parecen pequeños cubitos de hielo. Lo mejor es empezar por una combinación razonable y, durante las primeras noches, comprobar nuca y pecho un par de veces para ajustar si hace falta.

5) Materiales: algodón, bambú, lana y sintéticos

El material del saco también influye en cómo gestiona la temperatura y el sudor. Los más habituales son:

  • Algodón 100 %: un clásico, suave y transpirable. Es una apuesta segura para la mayoría de casas y épocas del año.
  • Mezclas con bambú: suelen ser muy agradables al tacto y regulan bien la humedad, ideales para bebés que sudan con facilidad.
  • Tejidos tipo polar o microfibra: aportan mucha sensación de calor. Mejor reservarlos para ambientes fríos y ajustar bien el resto de la ropa.
  • Lana merino: en algunos sacos de gama alta, ayuda a regular la temperatura tanto en frío como en calor, pero suelen ser más caros.

Si puedes, busca sacos con certificaciones textiles tipo OEKO-TEX o similares, que garantizan que no se han usado determinadas sustancias nocivas en el tejido.

6) Talla y ajuste seguro del saco

Tan importante como el TOG es que el saco le quede bien de talla. No debería ser tan grande que el bebé pueda deslizarse hacia abajo, ni tan justo que tienda a tirar de las costuras o le limite demasiado el movimiento de las piernas.

  • La abertura del cuello tiene que permitir que metas un par de dedos, pero sin quedar tan amplia como para que la cabeza pueda colarse hacia el interior del saco.
  • El largo debe permitir que mueva las piernas con comodidad, pero sin arrastrar demasiado sobrante.
  • Evita sacos con capucha para dormir, y no añadas mantas encima salvo que tengas una recomendación expresa del profesional que lleve al bebé.

Muchas marcas agrupan las tallas por rango de edad (0 - 6 meses, 6 - 18 meses, etc.), pero fíate más de los centímetros de altura recomendados que de la edad orientativa.

7) Errores frecuentes al elegir saco según la temperatura

Hay algunos fallos típicos que se repiten mucho y conviene evitar:

  • Guiarse solo por la estación: no es lo mismo un piso interior que uno muy soleado, ni una casa con buena calefacción que otra con apenas radiadores.
  • Sobreabrigar por miedo al frío: es casi más frecuente pasar calor que frío. Si el bebé suda, duerme peor y se despierta más.
  • No revisar la temperatura real de la habitación: un pequeño termómetro te sacará de dudas y te ayudará a afinar el TOG.
  • Comprar el saco más grueso "por si acaso": si luego la habitación está a 21 ºC, ese saco quedará corto de uso o te obligará a quitar toda la ropa de debajo.

La clave está en observar a tu bebé y ajustar. Ninguna tabla conoce mejor su sensación de frío o calor que tú.

8) Resumen y siguiente paso

Elegir el saco de dormir ideal para tu bebé según la temperatura de casa es cuestión de combinar tres piezas: temperatura real de la habitación, TOG del saco y ropa que lleva debajo. A partir de ahí, solo queda vigilar cómo se despierta, cómo notas su nuca y si duerme más o menos tranquilo con cada combinación.

Si quieres ahorrar tiempo y ver ejemplos concretos para diferentes rangos de temperatura, tallas y presupuestos, en nuestra guía de sacos de dormir para bebé tienes una selección de modelos comentados, con opciones ligeras para casas cálidas y sacos más abrigados para habitaciones frescas. Así podrás elegir con más seguridad qué llevarse a la cuna cada noche.