Comprar un portátil gaming hoy es más complicado que nunca: docenas de modelos, nombres de gráficas casi idénticos, pantallas con refrescos distintos, versiones del mismo equipo con configuraciones muy diferentes... y, por supuesto, mucho marketing. Si eliges mal, puedes acabar pagando de más por un diseño muy llamativo pero con una gráfica justa, o con un portátil potente que se cocina a los 20 minutos de partida. En este artículo te cuento qué deberías tener claro antes de comprar un portátil gaming para acertar a la primera. Y si después quieres ver modelos concretos ya filtrados por presupuesto, echa un vistazo a nuestra guía de portátiles gaming recomendados.
1) Qué vas a jugar (y qué más vas a hacer con el portátil)
No necesita lo mismo quien sólo juega a títulos competitivos tipo Valorant o League of Legends en 1080p que quien quiere disfrutar de AAA exigentes con todo en alto, o quien además hace edición de vídeo. Antes de mirar fichas técnicas, piensa en:
- Tipo de juegos: competitivos ligeros, indies, AAA, simuladores…
- Resolución y FPS objetivo: 1080p 60 Hz, 1080p 144 Hz, 1440p, etc.
- Uso mixto: ¿lo usarás también para estudios, trabajo, edición, streaming?
Con eso claro podrás elegir una combinación CPU/GPU coherente y no tirar el presupuesto en potencia que no vas a aprovechar.
2) GPU y CPU: el corazón del portátil gaming
En portátiles gaming, la tarjeta gráfica es la que manda en juegos. A la hora de comparar modelos:
- Fíjate en la serie de la GPU (por ejemplo, RTX 4050, 4060, 4070…) y en si es una versión capada o de alto TGP (la potencia real que el equipo le permite usar).
- En resoluciones 1080p, una gama media actual rinde muy bien; para jugar con todo en ultra o a 1440p, conviene subir un escalón.
El procesador también importa, pero no hace falta ir al tope de gama. Un buen CPU de 6–8 núcleos modernos es más que suficiente para gaming y la mayoría de tareas. Lo importante es que la pareja CPU+GPU esté equilibrada: una gráfica potente con un procesador muy básico puede limitar el rendimiento, y al revés estarás pagando por un CPU que se desperdicia.
3) Memoria RAM y almacenamiento: mínimo recomendable hoy
A día de hoy, para un portátil gaming tiene poco sentido bajar de 16 GB de RAM. Es el punto equilibrado para jugar y tener varias cosas abiertas. Si además haces streaming o edición de vídeo, 32 GB se notan.
En almacenamiento, el estándar ya es el SSD NVMe. Te interesa:
- Al menos 512 GB si sólo instalas unos pocos juegos.
- 1 TB si te gusta tener varios juegos grandes instalados a la vez.
- Que sea ampliable (segunda ranura M.2 libre o posibilidad de sustituir el SSD de serie).
4) Pantalla: no todo es la tasa de refresco
Muchos portátiles gaming presumen de pantallas de 144 Hz o 165 Hz, pero no basta con eso. Fíjate en:
- Tamaño y resolución: 15,6 y 16 pulgadas en 1080p son lo más habitual; 17 pulgadas dan más inmersión pero restan portabilidad. El 1440p empieza a ser interesante si tu GPU lo aguanta.
- Tipo de panel: IPS u OLED ofrecen mejor color y ángulos de visión que los TN antiguos.
- Brillo y cobertura de color: si también lo usarás para diseño o edición, te interesa una buena reproducción de color.
Si juegas sobre todo a shooters competitivos, el refresco alto (144 Hz o más) suma mucho; para single-player más cinematográficos importa tanto la calidad visual como los FPS.
5) Refrigeración y ruido: el gran olvidado
Un portátil gaming potente que se calienta mucho termina reduciendo frecuencias para no pasarse de temperatura, es decir, baja rendimiento. Por eso es clave fijarse en:
- Diseño de ventilación (entradas y salidas de aire bien resueltas).
- Temperaturas típicas de CPU y GPU en carga (en reviews externas).
- Nivel de ruido: algunos equipos son turbinas en cuanto abres un juego.
Si vas a jugar muchas horas seguidas, una buena refrigeración vale más que 100 MHz extra de GPU sobre el papel.
6) Teclado, touchpad y puertos
El teclado es tu principal punto de contacto con el portátil. Comprueba:
- Recorrido y sensación de las teclas: si son esponjosas o muy blandas, escribir y jugar se hace menos preciso.
- Distribución: enter grande, flechas bien separadas, si incluye o no teclado numérico.
- Iluminación: no solo el RGB, también si permite ajustar brillo y zonas.
En puertos, valora si necesitas HDMI o DisplayPort para monitor externo, cuántos USB A/C trae, si tiene lector de tarjetas y puerto Ethernet. El touchpad en gaming importa menos (casi siempre usarás ratón), pero se agradece que sea decente para uso diario.
7) Peso, batería y cómo lo vas a mover
Hay portátiles gaming que son casi sobremesas portátiles: muy potentes, pero pesados y con baterías que duran poco jugando. Aquí la pregunta es clara: ¿lo vas a mover mucho o casi siempre estará en la mesa?
- Si lo vas a llevar a clase o al trabajo a diario, busca peso contenido (en torno a 2 kg) y apariencia algo más discreta.
- Si apenas saldrá de casa, puedes priorizar rendimiento y refrigeración aunque pese más y la batería dure poco en juegos.
Recuerda que la mayoría de portátiles gaming dan su máximo enchufados; la batería sirve para tareas ligeras, no para sesiones largas de juego al 100 %.
8) Sonido y conectividad
Nadie compra un portátil gaming por los altavoces, pero se agradece que al menos sean claros y no distorsionen. Aun así, lo habitual es jugar con cascos, así que revisa que tenga salida de audio cómoda y, si usas mucho inalámbrico, que incorpore Bluetooth moderno.
En conectividad, busca Wi-Fi 6 o superior si vas a jugar online por Wi-Fi y un puerto Ethernet si prefieres cable. Una conexión estable reduce mucho los tirones y bajones de ping.
9) Presupuesto: en qué merece la pena gastar
Si tu presupuesto es ajustado, mejor recortar en diseño y RGB que en gráfica o SSD. Algunos consejos rápidos:
- Prioriza GPU, refrigeración y SSD antes que RGB, diseño ultrafino o audio “premium”.
- Si hay versiones del mismo modelo, suele ser mejor la que sube gráfica que la que sólo mejora un poco el procesador.
- A veces compensa comprar un modelo de la generación anterior bien rebajado si mantiene una GPU decente.
10) Garantía, ampliaciones y vida útil
Por último, revisa la garantía (dos años mínimo en España) y qué se puede ampliar: RAM, SSD, etc. Un portátil que te permita añadir más memoria o cambiar el SSD dentro de unos años alarga mucho su vida útil. También es buena idea comprobar el servicio postventa de la marca y la facilidad para encontrar recambios como cargadores.
En resumen, antes de lanzarte a por un portátil gaming merece la pena parar un momento, pensar qué necesitas realmente y revisar estos puntos con calma. Así evitas pagar por marketing y te llevas un equipo equilibrado, que no se caliente de más y que te permita disfrutar tanto de partidas rápidas como de juegos exigentes. Si quieres ver ejemplos concretos ya ordenados por presupuesto, peso y tipo de uso, en nuestra guía de compra de portátiles gaming encontrarás configuraciones recomendadas y consejos extra para acertar con tu próximo equipo.